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El sexo oral como a ellos les gusta... o las ocurrencias eróticas de una "niña traviesa"...


Para que haya más excitación hay que ser "traviesa". A la mayoría de ellos les encanta de cualquier forma, pero en especial si notan que nosotras lo disfrutamos sin complejos. Un buen cuento o un roce "casual" a sus pantalones puede comenzar el fuego, perdón, el juego...
Como les prometí, aquí van mis consejos para ser una mejor amante en lo que respecta al sexo oral.
Estar relajado o relajada no es garantía de un buen desempeño sexual pero ayuda mucho. Aunque hay quienes prefieren y se excitan más al hacerlo en lugares públicos o en situaciones de apremio que comprometan sus instintos generándose así la adrenalina necesaria.
Pero por lo general, es mejor comenzar una actividad sexual en condiciones de concentración total y disfrute pleno de la intimidad.
Ideal es iniciar con coqueteos, miradas sugestivas y roces a su pantalón, de manera que logres, si no una erección, al menos su disposición mental para el juego abriendo así su apetito sexual.
Otra técnica es hablarle de algo que sepas que a él le excita, como por ejemplo, que te encontraste a dos de tus amigas besándose o que alguna de ellas te mostró sus senos "nuevos" en el baño o que alguien te contó algún cuento erótico.
Si no percibes su excitación (porque los hombres en general, no todos, son siempre un poco tontos a la hora de darse cuenta de nuestras intenciones), entonces puedes comenzar por descubrir graciosamente, con un toque de ingenuidad, tus pechos de manera de que él pueda ver con cualquier excusa tus pezones para que provoques su erección...
Puedes también tocarle las piernas y acariciarle sutilmente el pene con roces intermitentes que lo hagan entrar en acción poco a poco.
Es como un juego.
A veces esto funciona mejor que una manipulación constante o directa, porque él sentirá así que no eres invasiva y querrá siempre "que lo toques más". Y tú... simplemente lo haces "sufrir" un poco.
A todos los hombres les gusta que nosotras los "pongamos a sufrir" y que nos hagamos de rogar un poco...
Pero cuando ya lo tengas seducido y ganado para la idea de una travesura, y él lo tenga más o menos erguido (hay quienes prefieren introducírselo todo antes en la boca para sentirlo crecer adentro, mientras pueden, claro, porque hay quienes tienen un miembro más grande de lo normal), entonces puedes combinar tus manos con tu boca.
Tócalo y no olvides que tu lengua puede hacer mucho para dejar que su prepucio (si lo tiene, y si no lo tiene también) se deslice hacia abajo y hacia arriba causándole placer.
Piensa que tienes enfrente el más delicioso helado de tu sabor preferido. Es más, llévatelo a una heladería y chúpale su miembro al tiempo que te introduces el helado en tu boca para que él sienta la combinación de esa substancia fría con lo húmedo y caliente de tu garganta.
Usa tus labios con gracia para rodear la punta de su pene y dejale caer la punta de tu lengua al salir.
Lo más importante es que lo disfrutes tú.
Intenta luego que te entre completo en tu boca y mueve tu lengua en círculos teniendo el cuidado necesario para que nunca tropiece con tus dientes, ya que su miembro, una vez erecto a su máxima potencia, se vuelve extremadamente sensible.

Si usas frenillos, debes tener mucho más cuidado, aunque no es ningún impedimento.
Por lo general, un hombre nunca se cansará de que le dés una buena sesión de sexo oral. Antes lo harán los músculos de tu boca, sobre todo si sabes darle esos aleteos de mariposa que te describí con las fluctuaciones de tu lengua.
Si lo quieres llevar a la cima del cielo, entonces combina la habilidad de una masturbación suave que te permita tomarlo con tu boca de manera alternativa para que tenga lo mejor de los dos mundos. Eso sí, tienes que entrenarte para que la velocidad de ambas destrezas tenga la apariencia de un continuum.
Eso no significa que el sexo oral debe ser una carrera contra reloj y sin parar, ya que la mayoría de los hombres, en su punto máximo de excitación, van a preferir pasar directo a la penetración. Aunque aquí, de nuevo, puedes jugar a la niña traviesa y hacer que te desee aún más antes de poseerte, pero sin que llegue a perder su erección. Es un jugueteo... la idea es estimular su excitación y no que sienta rechazo... al contrario, y tú siendo la "mala", la divina...
Haz una pausa que no sea muy larga para exacerbar sus ganas y deja que te toque y te mire desnudita...
A un buen macho por lo general le gusta que entre una posición y otra, también lo acaricies y lo toques y lo beses ahí para que su erección sea permanente y total todo el tiempo.
No hay reglas en esto, pero algunos, sobre todos los más jóvenes y potentes, pueden preferir venirse en tu boca y no tener ningún problema para seguir inmediatamente después con otra tanda de penetración.
Pero también puedes preguntarle qué prefiere él. Algunos serán precoces y otros tendrán problemas para acabar, dependiendo de tu destreza para el manejo de su excitación, erección y clímax.

Un consejo: nunca soples dentro de su pene pues una gota de saliva dentro de la cavidad espermática puede ser peligrosa y dolorosísima para él.
Recuerda que el sexo oral debe ser seguro. Evita hacerlo sin protección y nunca con menores de edad porque pueden acarrear consecuencias legales...

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